Tras varios años en que David se ha desplazado a Bilbao para celebrar las fiestas en familia este año somos nosotros tres (bueno, cuatro con Thor) los que nos animamos a viajar a Holanda. Salimos en coche el 22 de diciembre a las 6:30 a.m. llevando con nosotros su colección de cubos de Rubik y correspondientes vitrinas. Nada con lo que no pueda el grand espace...
Vigilando los preparativos
Los gitanos aprendices a nuestro lado...
Dudamos si hacer el trayecto de una tirada como hiciéramos en 2013 pero el día amanece lluvioso y hasta poco antes de París no despeja un poco. En esta época además las horas de luz son pocas y la conducción se hace pesada a pesar de los constantes relevos al volante. La guinda la pone la circunvalación de París en la que empleamos más de hora y media. Finalmente a las 21:00 y en medio de una niebla más que notoria, recalamos en un hotel en Arras tras 1.100 km de etapa.
En el hotel de Arras
La mañana amanece con 0 grados y arrancamos a las 7:30 para cubrir los últimos 340 km que se nos dan bastante bien sin las temidas retenciones en Lille, Gante o Antwerpen. A mediodía estamos ya instalados en Westerdok y nos da tiempo a pasear un poco y hacer unas compras antes del anochecer (que aquí se produce a las 17:00 si el día está claro)
El día de Nochebuena David y Ander salen a correr y yo estiro un poco las piernas en la bici de David por los alrededores luchando contra el fuerte viento. A media mañana visitamos el mercado en el barrio de Jordaan con numerosos y animados puestos de ropa, comida, artesanía... Buen ambiente y divertida excursión en familia. Por la tarde visitamos los pueblos de Land Water, Monnickendam, Marken y Volendam aunque en este último no podemos hacer nada pues ya han cerrado los establecimientos. Ya volveremos de día la semana entrante.
Champis XXL
Setas de todas clases
Puesto de panes
Pescaditos
No puede faltar el queso
Y las bicis...
Pastelería en Haarlemmerdijk
Saliendo de casa
Curioso y típico bici-carro
Garza de ocupa sobre un coche
Entrada a Marken
Típicas casas de pescadores
Domingo 25
Madrugo un poco para dar una vuelta en bici algo más larga que ayer con un viento del oeste muy fuerte con rachas de 50 km por hora. Cruzo el Amstel en ferry para ir hasta Zandam y volver por la estación central. Después salimos David Ander y yo un rato al parque de Westerpark con Thor que disfruta corriendo por la hierba asustando a los cuervos y palomas. Es asombrosa la cantidad de aves que pululan por los alrededores de la ciudad: gaviotas de diferentes clases, cuervos, patos, cisnes, gansos, garzas, urracas, cotorras...
Por la tarde ya oscurecido recorremos el anillo de los canales viendo la muestra de luces que adornan las calles y hacemos algunas fotos.
Camino de Westerpark
Lunes 26 festivo en Holanda. Nos acercamos a La Haya (Den Haag) a visitar Madurodam, un parque temático de miniaturas acerca de edificios y curiosidades típicas del país. Entre otras se pueden ver los aerogeneradores sobre el mar que alimentan a más de 125.000 hogares, el célebre mercado de quesos de Alkmaar de más de 2.000 años de antigüedad, los canales de Amsterdam, el puerto de Rotterdam, y edificios emblemáticos de toda Holanda. Merece la pena de verdad. El fuerte viento junto a los 9 grados han eclipsado el posible calor del sol que- afortunadamente- ha lucido todo el día. Luego hemos comido en un restaurante brasileño donde pueden entrar perros (algún día copiaremos de otros países buenas costumbres en lugar de las malas que importamos) y luego una breve visita a la playa donde el viento cobraba más fuerza si cabe (cabía, cabía...). Va un pequeño video
y algunas fotos
Museo marino de Amsterdam
Castillo de Muiderslot
Grand Hotel Amrath Kurhaus junto a la playa de Scheveningen (de verdad)
Martes 27
Día espléndido por lo soleado aunque igualmente fresco. El viento ha amainado algo y nos permite visitar cómodamente el pueblo pesquero y turístico de Volendam donde degustamos y compramos alguno de los típicos quesos de fabricación local. En concreto hay uno de cabra y otro de vaca ahumados ambos y de gusto excelente. A continuación pasamos por Edam muy rápido pues el acceso está en obras y seguimos hacia Hoorn en medio de pastos y granjas rodeados de canales. Aquí la divisoria entre fincas no se realiza mediante vallas como en España, sino con canales o acequias de agua de anchura variable. Esto, unido al perfil absolutamente plano de la mayoría de esta región confiere al paisaje un aspecto al que nuestros ojos no acaban de acostumbrarse. Añádase a ello la ingente cantidad de aves que pululan por los campos y canales y la estampa es novedosa y casi exótica. Hoorn es un pueblo con un hermoso y típico casco antiguo y con un puerto muy curioso ; está presidido por un hermoso torreón y en sus dársenas interiores amarran hermosos barcos antiguos y alguno más moderno en bello contraste que aprovechamos para hacer algunas fotos. La ruta prosigue hacia los dos diques que delimitan los lagos interiores de IJsselmeer y Markemeer. En ellos se aprecian las enormes esclusas que regulan el nivel entre ellos. Estos lagos de agua dulce constituyen una importante reserva y han permitido crear unos polders o llanuras cultivables donde se desarrolla una importante labor agrícola y ganadera. En el dique norte hay un monumento al ingeniero Cornelis Lely responsable del proyecto, así como diversos paneles explicativos y fotos que muestran las diferentes fases de su construcción. Un trabajo arduo e ímprobo sobre todo con los medios de la época ( el dique norte o Afsluitdijk, se finalizó en 1938).
Entrada a la fábrica de quesos de Volendam
Vista parcial del puerto de Volendam
Tiendas del paseo marítimo
Coloridos escaparates
Ropa naranja, color nacional
Torreón del puerto de Hoorn
Mirador sobre el dique de Asfdluitdjik
Homenaje a los hombres que construyeron el dique
Miércoles 28 Hoy por la mañana nos dedicamos a unas compras rápidas. El día ha salido muy frío y con una espesa niebla que no levanta en toda la jornada. Por la tarde asistimos a una representación de ballet en el palacio de la Opera y Ballet o Het Muziektheater como aquí se denomina. La obra es una adaptación de Copellius de Arthur Saint-Léon en la que actúa Maria Chugai una amiga de David que interpreta a Carmencita. Un espectáculo en 3 actos con dos intermedios (para el cambio de decorados y vestuario) en un marco impresionante que registró un lleno absoluto y que nos mantuvo entretenidos durante casi dos horas. Al final saludamos a Maria y charlamos un poco en un bar. De regreso a casa paseando hicimos algunas fotos por Nieuwmarkt.
La foto oficial
Vista panorámica desde el "gallinero"
A que lo bordo?
Ovación final
Nieuwmarkt
Vista del lateral comercial Kloveniersburgwal
Jueves, 29 Hoy me decido a salir con la bici a pesar de las bajas temperaturas reinantes pues parece que el sol asomará. Vano espejismo... Acabo rodando con -2 grados y sobre una hermosa capa de sal por los carriles bici. Aquí no escatiman las precauciones y da gusto cómo cuidan el tráfico rodado (el nuestro jeje...). En la ciudad apenas aprecio el hielo pero en cuanto salgo hacia el puerto las campas blaquean de forma inequívoca. Los canales más pequeños se han helado y ya de regreso en el Westerpark la estampa era curiosa: las gaviotas caminando sobre el estanque helado jaja.... Ahí va un pequeño video de la salida porque no siempre se rueda entre el paisaje blanco.
Y el resto de días los ocupamos en tareas domésticas y vida más hogareña. En Holanda la Nochebuena no se celebra con tanto fervor como en España. El día de Navidad sí es más de comida familiar. Y lo que nos choca mucho es la cantidad de petardos, fuegos y cohetes que se lanzan en Nochevieja. Es horrible el tamaño de las tracas que se tiran por cajas de varios cientos. Los días siguientes los servicios de limpieza tienen una tarea ingente para despejar las calles de la cantidad de restos. El clima ha suavizado y la temperatura no es tan extrema, si bien la lluvia hace acto de presencia a menudo, y el viento sigue soplando con relativa fuerza. Hemos conocido a Cigdem, una moza natural de Turquía con quien David sale desde hace algún tiempo. Se les ve ilusionados y ella nos ha parecido muy agradable y buena persona. El tiempo dirá. El regreso a casa lo realizamos los días 14 y 15 de enero pernoctando en Blois, en pleno valle de Loira aunque no dedicamos tiempo al turismo. De hecho intentaremos que la próxima vez que viajemos al norte sea primavera o verano. El invierno nos deja muy pocas horas de luz y en Europa se acuestan muy temprano.
