lunes, 14 de septiembre de 2015

Andar en bicicleta en Amsterdam

Truñobike de David
No voy a escribir un manual para turistas avezados que quieran probar el riesgo sobre dos ruedas. Pero me apetece describir cómo se vive en primera persona el rodar entre el gentío, la multitud de bicicletas, motos, coches, autobuses y tranvías... Es algo curioso de ver y espectacular de comprobar por uno mismo. Hoy tenía que arreglar la BTT de David que está pinchada y he pensado hacerla tubeless o como mínimo unas cámaras con líquido antipinchazos. Así que he buscado por la zona tiendas para comprar cualquiera de ambas soluciones. Por la mañana me he acercado a un taller de alquiler venta y reparación que es lo habitual en Amsterdam. La cara que han puesto con mi "inglis-camiseta" no ha sido nada comparado con lo de "tube with liquido inside". Por lo visto ni saben lo que es...

La mañana era relativamente agradable con sol a ratos y mucha gente por la calle. Mi itinerario discurría por las márgenes de un canal (siempre más estrecho que una calle completa, pero con el tráfico rodado organizado en un único sentido en cada margen y a tramos restringido solo a bicicletas. Aun así manejar el truño-bike de David tiene su miga. Quizá deba empezar por explicar qué es exactamente el invento (ver foto de arriba): Es la típica bicicleta de aquí, sin barra -lo que llamamos allí "bici de chica"- de rueda 700 y con un cuadro bastante grande al que remata un manillar ancho con mangos paralelos a la marcha y una potencia altísima que casi va rozando las nubes. Para más inri no lleva frenos al uso, sino que es necesario accionar los pedales a la contra para actuar un freno de inercia en el eje trasero. Todo un poema oiga... Cierto que tiene algunas ventajas como poder libera una (o las dos) manos para llevar paraguas, bolsa de compra, el móvil (aquí hablar y chatear en marcha no está penado como en el coche, jaja...). Mejor ved una foto

Una vez puestos en situación, hay que familiarizarse con la montura. Subir y bajar no es algo baladí. Claro, en tu bici te colocas, subes el pedal para ponerlo a media altura y dar impulso para arrancar y.... mierda!! no se puede dar pedales para atrás!!! Con suerte no pierdes el equilibrio hacia el lado equivocado y evitas el primer hostiazo. Cuando resuelves el leve entuerto comienzas el pedaleo y la verdad es que no es para tanto. Hasta que al llegar a una curva quieres colocar el pedal del interior en alto como debe ser y... coño!! frenas sin querer!!... Y así durante un buen rato hasta que te vas haciendo. Y a la hora de parar pues lo normal. Vas frenando como ya has practicado este rato y te acercas al sitio donde echas pie a tierra. Pero claro, si llevas algo de velocidad como acostumbras, vas a "matar" la inercia con el freno y posar en tierra el pie que llevas preparado y... que no paro!!! que me voy contra la pared!! y zapateas contra el suelo desesperadamente intentando contener el último (y traidor) soplo de inercia o "arrancada" como lo llamamos en náutica. Finalmente paras y suspiras largamente.
Y en medio, aunque no lo he contado, las cosas no son tan simples. Hay que mezclarse con el continuo fluir de bicicletas teniendo cuidado con casi todo: Si hay mucho tráfico toca ir en fila y con cuidado porque a la mínima que te abras pueden suceder varias cosas:
1.- Que te venga un rapidillo por detrás en cuyo caso:
    a).- Te toca el timbre y pasa de ti
    b).- Te dice algo en holandés (imagino) y pasa de ti
    c).- Te lleva por delante y se abre un mundo de posibilidades (ninguna buena)
2.- Que venga alguien de frente (sin supuestos)
3.- Que el de delante (que ha dejado caer una mano distraídamente) gire y:
     a).- Te lo comes
     b).- Lo esquivas hábilmente  (vuelve a empezar la opción 1)
Obvio la fruslería de parar en los semáforos, pasos de cebra, ceder paso al tranvía cuando tiene preferencia, esquivar los peatones que acostumbran a pulular por todos sitios... En fin, una aventura digna de la selva amazónica.

Como os he dicho antes en la tienda no he encontrado lo que quería. Así que a la tarde Y por la tarde la cosa ha sido parecida pero con el agravante climatológico. Según he salido ha empezado a llover a cántaros. Lo primero que piensas es darte la vuelta. Pero a tu alrededor la gente parece impermeable... o lerda porque no se alteran y siguen dando pedales como si nada. Todo lo más alguno acelera un tanto la marcha. He tenido que guardar las gafas en el bolsillo porque mojadas no me sirven ni en bici ni a pie. Una vez llegado a la zona no encontraba el garaje-tienda al que me dirigía, así que me he colocado bajo techo para consultar el móvil sin que se inunde. Pero no entraba cobertura. Así que me he puesto a dar vueltas hasta que lo he encontrado. Como tampoco tenían nada referente a líquido en las cámaras me he traído una nueva y una caja de parches. De vuelta a casa la lluvia ha arreciado y han sonado algunos truenos casi encima. Pero una vez más la peña pasa de todo. Como si el cielo se cae a pedazos. Ellos siguen a su aire ajenos a nada que les distraiga. He llegado a casa algo mojado aunque podía haber sido peor. Por lo menos no me he caído....


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